Reseña de la obra Variaciones Schrödinger

El dramaturgo César Raúl Chagolla Santillán presentó una nueva temporada de su obra Variaciones Schrödinger, la cual habla sobre una familia mexicana que no descansa por no saber el paradero de un ser querido que desapareció forzadamente. César Chagolla escribió y dirigió esta pieza teatral, con solo cuatro personajes y un escenario con pocos elementos, pero con un guion escrito de una manera impecable.

El inicio de la obra nos presenta a los protagonistas y nos da a conocer la dinámica familiar: José Luis, el padre, es un trabajador de una mina que le ha causado estrés y enfermedades pulmonares. José Luis tiene un pensamiento bastante tradicional, pero ama a su esposa e hijos, prefiere no meterse en problemas y seguir las normas.


La madre, Socorro, es una mujer que vela por su familia día y noche, es ama de casa y le gusta cenar con sus hijos y esposo todas las noches, para ella, sentarse con su familia a cenar representa un acto de unión y amor.
Gerardo es el hijo mayor y posible favorito de su madre, estudió derecho y su misión es ayudar a las personas que no tienen los recursos para defenderse. Y Adrián tiene sus propias metas y sueños, no tiene la aprobación de sus padres y quiere mudarse a la capital para estudiar y vivir con su novia Vianey.
La obra gira en torno a las interminables y tristes cenas a partir de que Gerardo desaparece, a los tres integrantes este suceso les afecta de distintas maneras, pero la más dañada es Soco, ya que después de tantos años de esperar que Gerardo baje a cenar, presenta graves daños emocionales los que la llevan a estar medicada completamente.


Gerardo aparece en toda la obra, haciendo intervenciones que su familia no escucha, opinando, haciendo chistes y platicando con ellos. En cada escena, advierte a su padre y hermano a ser sensibles con Soco, ya que es la que más resiente su ausencia.
Los cuatro personajes son interpretados por excelentes actores: Luis Miguel Lombana (José Luis), Jorge Rojas (Adrián) y Raúl Andrade (Gerardo), sin embargo, la actriz Gabriela Núñez (Soco) se roba por completo la obra, escena tras escena interpreta a una madre herida y triste porque su hijo nunca regresó a casa.
La historia no se presenta en orden cronológico, lo que la hace más interesante, ya que podemos ver momentos de esperanza de la familia de Gerardo y luego momentos de completa desesperación y tristeza. El guion juega con la mente del público y con una madre que es atormentada por las voces de su hijo, porque en el fondo, ella siente que está vivo, pero, ¿Cómo saberlo?
Si bien, el escenario es pequeño y sencillo, simboliza una casa que está cerrada, llena de dolor y preguntas, asfixiando a los familiares de Gerardo; una cocina solo con unos platos que deberían llevar comida, pero en vez de eso, llevan temor, indignación e impaciencia.


La iluminación tiene un papel indispensable, ya que al contar con pocos elementos de utilería, las diferentes tonalidades de luz crean una atmósfera digna de admirar. Los tipos de iluminación que son utilizados, van a juego con las emociones de los personajes, incluso en los momentos de oscuridad, se percibe una tensión intimidante. Los efectos de sonido también son adecuados, pero se encontraron desfasados en dos momentos, casi imperceptibles. El vestuario y maquillaje son modestos, pero se adaptan bien al contexto socioeconómico de los personajes. Esta obra habla de desintegración familiar, depresión, angustia, rivalidad y celos entre hermanos, crisis en el matrimonio, inseguridad en México, entorpecimiento por parte de las autoridades en casos de desapariciones, secuestros y asesinatos, abusos de centros de trabajo, injusticia, desigualdad social y económica, falta de oportunidades y la eterna incertidumbre de saber si un familiar desaparecido está vivo o muerto. Sin duda es una obra necesaria para concientizar a la población y autoridades; y dar a conocer más que cifras de desaparecidos, porque las personas no son números, son integrantes de familias que los esperan: de madres y padres que los buscan, y de hermanos que no entienden por qué pasan estas cosas en nuestro país.


Escrito y fotografías por: Sharon Mercado Chávez

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